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El taller de las letras

Jose Guillermo Jaramillo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La tipografía es un arte que refleja el poder que tienen las palabras y como estas han trascendido a lo largo del tiempo, con cada sutil movimiento se plasma un sentimiento y cada letra cuenta una historia; esta es la historia de María Clara, quien ha hecho tipografía desde que era niña y ha vivido la evolución de este arte acompañado de la tecnología, mostrándonos como la tipografía ha influenciado los cambios culturales del hombre.

 

 

Son los sutiles detalles los que hacen la diferencia, esto es lo que sucede con el arte de la  tipografía que logra hacer de las cosas simples algo significante. A lo largo de la historia esta se ha usado en textos, películas, diseños gráficos, web masters, entre otros, con el fin de  darle a los objetos la capacidad de expresar emociones, sentimientos e incluso personalidad.

 

Aunque la tipografía aparece recientemente en la historia, es tan antigua como la escritura misma. Sus inicios datan hace unos 5.000 años desde Mesopotamia, pasando por los romanos y la cultura china, utilizando como medio principal la tinta; Luego con la creación de la imprenta, se presenta en los diseños de los carteles publicitarios en la era de la revolución industrial, finalmente hasta hace unas décadas cuando Steve Jobs decidió introducir una serie de fuentes en el computador personal. Son algunas muestras de cómo este pequeño detalle ha estado siempre presente en la historia humana.  Mas historia.

 

Maria Clara conoce bien esta historia, la ha vivido en carne propia durante las últimas 4 décadas y ha sido testigo de su evolución con cada adelanto tecnológico; Desde que estaba en el colegio tuvo que ver la materia, pues en esa época era obligatoria en todos los colegios, y debido a que la perdió tuvo que hacer el trabajo de recuperación que la llevó a desenvolverse en la técnica. Para ella la habilidad ya la tenía, era la herencia de sus abuelos. “Había no más que ver la letra de mi papá o mis tíos, era bellísima.”

 

Para finales del colegio María Clara se había sumergido en el arte y la pasión de escribir, sus amigas la reconocían como la de la letra más linda, hecho que le permitió luego ganar muchos clientes. Al salir del colegio Maria Clara comenzó a entrar a un mundo nuevo y diferente, que era hacer de la caligrafía un negocio.

 

Negocio que su hermano ya había conquistado, que a su vez Steve Jobs había identificado y habría de sacar en los años siguientes como funcionalidad excepcional en el primer computador personal. Por las conexiones del colegio y de su hermano, María Clara comenzó a hacer trabajos para distintas ocasiones.“Recuerdo muy bien mi primer trabajo, fueron 1.200 invitaciones para una boda judía, me tardé unos 6 meses.” Dentro de los retos del trabajo se encontraba la dificultad y el cuidado requerido para hacer cada invitación idéntica a la anterior, se hacía en cada invitación un carril a lápiz que permitía a la letra mantener el mismo tamaño y alineación y tener una tarjeta al lado para imitar, sin contar el hecho de que debían usarse herramientas especiales, plumas y tintas que quedaran en el papel y no se absorbieran ni se corrieran. TrueType.

 

Luego de unos años en el negocio y de haber empezado a trabajar en una reconocida empresa de eventos, llegó algo que le cambiaría la vida de ver la caligrafía: “Mi papá era aficionado a la tecnología, él tuvo el segundo Apple2 de Colombia y luego me regaló uno.” Con esta nueva pieza empezó a interesarse también en las letras integradas. Para ella, haber tenido esa máquina le permitió ganar la visión que tiene hoy en día. 

 

Esa misma tecnología que tanto admiraba la reemplazó en el negocio de eventos, según recuerda: “Se hacían trabajos genéricos, pero eran lindos y en menos de la mitad del tiempo”, lo que la llevó a trabajar de forma independiente; sin duda un cambio positivo para su carrera. A partir de ahí su trabajo la ha llevado a conocer diferentes personalidades como por ejemplo el trabajo para la posesión de Lemos Simmonds “recuerdo que en las invitaciones de su posesión decía que iba a ser una presidencia muy austera y sí que fue una presidencia austera... “destaca, también personas como Carolina Barco (ex canciller), Klopatovsky, Chávez, Santos para sus 2 posesiones, “no entiendo como no sé me calló la mano dice”,  el hijo de Diomedes Díaz… uno de los tantos. “En general a mi este trabajo me ha llevado a conocer mucha gente, pero el don de la caligrafía también va de la mano con la habilidad social, lidiar con los clientes es muy complicado, no siempre las cosas salen como ellos las creen o como las quieren”.

 

A pesar del tiempo a María Clara no le asusta el cambio. “las impresoras de hoy en día tienen muchas limitaciones, con el papel, por ejemplo, una impresora no imprime sobre papel de color con letra blanca, el tamaño es limitado, a veces se atasca. También existe un brazo mecánico que imita los movimientos de la mano y escribe sobre todo tipo de papel, pero no es lo mismo. A la gente le gusta tener algo hecho a mano, porque se nota así como en las artesanías, por eso el negocio no se ha acabado tanto”.

 

La habilidad con la tecnología le ha permitido explorar otros espacios, llegar a más gente y tener nuevos negocios: “Ahora me canso con mayor facilidad, por eso no me complico la vida. Estoy digitalizando mis letras, es algo que cualquiera puede hacer, eso sí, son como 200 símbolos que uno debe hacer y luego se escanean y se montan, sin contar las itálicas o las negritas, pero eso me ahorra tiempo. Yo he empezado a hacer todos los diseños y luego los imprimo con mis propias letras. Por ejemplo para el bautizo de mis nietos hice los marcapuestos yo misma, de hecho, hice un aplicativo para el computador en que pongo los diseños y él mismo me los cuadra para imprimirlos, los doblo y quedan listos; ese es un trabajo que se valora mucho.” 

 

En la actualidad, el negocio de la tipografía se ha unido para complementar los servicios de los diseños corporativa. Esta es la visión de Alfredo Cabrera quien ha estado en el negocio desde 1952, para quien los avances tecnológicos le han permitido integrar los servicios y expandir su negocio. “Gracias a eso pudimos cumplir con la demanda de rediseñar la imagen corporativa de una empresa que cumplía 100 años“. Y es que ahora las fuentes no tienen mayor valor, compañías como Google y Adobe han incursionado en el negocio y ya casi todo es gratuito. Conocer cómo integrarlas a un diseño innovador y que transmita algo es lo que les interesa a las marcas; “las tipografías para los trabajos que hacemos generalmente son parte esencial, la mayoría de empresas tiene una fuente propia o quieren que se les consiga una específica.” No solo la imagen corporativa se ha convertido en el uso más común, “las empresas ahora tienen sus páginas web, quieren todo digital y vectorizado; los logos y pues claro, las letras” dominarlo es completamente necesario. 

 

La tipografía ha logrado posicionarse en el mundo actual, es un arte que muchos saben y dominan incluso sin conocerlo. Juega un papel fundamental en la publicidad y el diseño, y aunque su práctica hoy no es tan común como hace algunos años. Es cierto que está al alcance de cualquiera. 

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