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Cuando la pelota rodaba más

 

Miguel Ángel Díaz Puentes

 

El pasado 7 de Octubre el presidente de la Dimayor, Ramón Jesurún, anunciaba que el torneo colombiano contará con dos equipos más de la segunda división[i]. Como lo han reconocido varios expertos, esto sirve para incrementar ganancias pero disminuye el nivel de la liga[ii]. Pero esta no ha sido siempre la historia, en el pasado la pelota rodaba más.

 

Los televidentes colombianos se han empezado a decantar por otras ligas. De 25 personas entrevistadas, los cuales son fanáticos del fútbol, solo 7 siguen con regularidad los partidos de la liga colombiana. Incluso, desde el año 2004 ningún equipo colombiano llega a la final de la Copa Libertadores, y el bajo nivel futbolístico se ve reflejado en  la asistencia a los estadios. El Estadio Nemesio Camacho ‘El Campin’ tiene una capacidad de 48.600 personas[iii], sin embargo, en la Liga Postobón 2012-II Millonarios consiguió un promedio de local de 18.497 espectadores, más que Santa Fe, que consiguió tan solo 10.067 aficionados en promedio[iv]. A pesar de este mal momento, el fútbol capitalino no siempre fue así. Esta es la historia de los equipos bogotanos en su máximo esplendor.

 

 

“Los sesentas fueron la mejor época del fútbol de acá. Los clásicos eran unos partidazos, usted no se imagina mijo como juagaban esos equipos” afirma Rodolfo Jiménez, de 79 años, hincha de toda la vida de Millonarios. Además, este fiel hincha recuerda lo importantes que éramos a nivel mundial. “En esa época los equipos de Europa  hacían fila para poder jugar amistosos contra nosotros, yo me acuerdo que acá venían todos los años  el Spartak  o el Dynamo (de Moscú) porque jugar contra los equipos de acá era un privilegio”.

 

Si bien la liga colombiana se consolidó como una de las mejores del mundo, sería Millonarios el club que más se destacaría. Con un Alfredo Di Stefano recién llegado de River Plate, el club bogotano sería conocido como el “ballet azul” por su exquisitez con el balón. Con Pedernera y Rossi, además de la saeta rubia, Millonarios consigue los campeonatos de 1949, 1951, 1952 y 1953. El equipo se hace imbatible, e incluso consigue una mítica victoria ante el Real Madrid, en el 50 aniversario del club blanco.Como lo cuenta Humberto Salcedo Jr, “ese [Millonarios] era el mejor equipo del mundo, porque se paseó por canchas como Chamartín, casa del Real Madrid, y le ganó 4 -2”[i]. Rodolfo aclara también quien era la figura  del ‘ballet azul’. “Todo el mundo habla de Di Stefano porque el fue un grande, pero el duro de ese equipo era Pedernera, a el le decían ‘El Maestro’ y era por algo, es el mejor jugador que yo he visto con la camiseta de Millos”.

 

 

 

 

 

La grandiosa capital(1961 – 1974)

 

Después del final de la época dorada debido a la obligación de hacer contratos oficiales, el fútbol colombiano sufre un declive de nivel y de popularidad. Sin embargo, a mediados de los sesentas los estadios vuelven a llenarse y se empieza a ver buen fútbol otra vez. Reinaldo Bedoya, ex ayudante de Miguel Ángel ‘Basilico’ González, técnico de Santa Fe en 1977, asegura que antes la pelota rodaba más. “En esa época el fútbol era mejor, los jugadores eran unos varones, se salía a jugar y a dar espectáculo”. Y sin lugar a dudas Alfonso Cañón era el mejor de esos, de los que salían a jugar. Alfonso empezaría como mensajero en Santa Fe, sin embargo, inevitablemente, su talento con el balón se haría notar. Si bien Reinaldo no estuvo en el club durante el mejor momento de Cañón, entre sus recuerdos aun están las habilidades de esta leyenda cardenal. “Alfonso fue el jugador con más técnica que yo vi; el era tipo Valderrama, repartía juego como pocos. Los jugadores así de buenos suelen ser picados, pero el era humildad pura”.

 

La liga colombiana volvería a sus días de gloria, y sobretodo los clubes de la capital. Millonarios con figuras como Delio ‘Maravilla’ Gamboa o ‘Pepe’ Romeiro Cardozo sería campeón en 1961, 1962, 1963 y 1964; mientras que  Alfonso haría campeón a Santa Fe en 1966, 1971 y 1975. Además, como Reinaldo lo dice “en esa época ir al estadio era una maravilla, uno iba con toda la familia, llevaba pollito asado de la casa, se podía sentar al lado del de Millonarios y al final uno se iba a tomar a algún ‘chuzito’ cerca y no pasaba nada”.

 

La caída (Década de los ochenta)

 

En los años ochenta, con la llegada del narcotráfico, además de la influencia de los Hooligans ingleses y las barras bravas de Argentina, el ambiente en el estadio cambiaría trascendentalmente. Si bien los equipos colombianos conseguirían éxito internacional, además del nivel superlativo de los jugadores dentro de la liga, la violencia dentro y fuera del estadio opacaría al balón. “Yo supe de un par de veces que ‘el mexicano’ (Rodríguez Gacha) teniendo orden de extradición y todo, se disfrazaba de mascota para ir a ver a Millonarios a la cancha” cuenta Reinaldo. Los campeonatos arreglados, árbitros amenazados, atentados a jugadores y la violencia entre las barras  se convirtieron en el pan de cada día en el ámbito futbolístico. Como lo recuerda Martha Baquero, esposa de Rodolfo Jiménez, “yo siempre acompañaba al gordo al Estadio, pero un día apuñalaron a un niño de Nacional que estaba esperando el bus afuera y nunca más volvimos a ir”.

 

La nueva era( 2012 -     ):

 

Con el fin de la influencia del narcotráfico en el fútbol, los equipos capitalinos sufren el mayor declive de su historia.  Debido a que los mayores inversionistas eran los capos del narcotráfico como Pablo Escobar, Rodríguez Gacha o los hermanos Rodríguez Orejuela, la capacidad económica de los clubes se vería bastante reducida. Además, las barras bravas en los estadios se convierten en una grave problemática. Sergio Cortés perteneció más de 5 años a ‘Blue Rain’, una de las dos grandes barras de Millonarios. “Yo me salí porque uno se gana enemigos por ponerse la camiseta o por sacar un trapo, no todos los barristas son ñeros o cuchilleros, pero ir al estadio o apoyar al equipo ya es un peligro”. Mientras los asesinatos y los actos  vandálicos se hacían más comunes, los equipos capitalinos se perdían cada vez más en la mitad de la tabla de posiciones.  

 

Los “grandes” equipos colombianos están en crisis, mientras los equipos chicos como Alianza Petrolera o Itagüi empiezan a tomar más importancia. En la capital otro equipo chico, La Equidad, tiene también un papel destacado. Además, la falta de continuidad de los cuerpos técnicos por la búsqueda desenfrenada de resultados, hace que los técnicos duren 3 o 4 meses, sin dar la posibilidad de tener proyectos serios a futuro. Los jugadores también pasan de equipo con extremada frecuencia, lo cual no permite que ningún equipo tenga un 11 consolidado. Sin  embargo, a pesar de tantas problemáticas, después de 37 años, 6 meses y 24 días Santa fe volvería a ser campeón de la liga de la mano de su ‘10’, Omar Pérez. Por su parte, Millonarios conseguiría la esquiva estrella 14, gracias a un milagroso Luis Delgado, cortando una racha de 24 años sin títulos.

 

Después de Alfonso Cañón, Adolfo ‘El Tren’ Valencia y Leider Preciado, Santa Fe encuentra a su mayor figura en el argentino Omar Pérez, un veterano e inteligente volante. Mientras que en Millonarios, después de los míticos Alfredo Di Stefano, Adolfo Pedernera, Ángel Labruna y el Pipo Rossi  la mayor figura actual es Mayer Candelo, otro veterano volante que actúa como el cerebro del equipo embajador. Si bien la grandeza de estos clubes se encuentra más en su rica historia que en su rendimiento actual, ambas escuadras llevan en su pecho un escudo lleno de leyendas, y mientras tanto, la capital sigue hambrienta de gloria.

 

 

 

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